
¿Qué es la tartamudez?
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Según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, en el DSM-5. Manual Diagnóstico y Estadísticos de los Trastornos Mentales, es considerada un trastorno de la comunicación en general y es descrito como trastorno de la fluidez que debe iniciarse en la infancia en particular. Está clasificada dentro de los trastornos del neurodesarrollo que dice: “trastorno en los patrones normales del habla y fluidez que interfieren con las adquisiciones normales […]cuando las rupturas incontrolables en la continuidad, en la velocidad y la facilidad de hablar son inapropiadas para la edad y persisten a través del tiempo […]”.
La tartamudez o también denominada disfluencias en el habla, es el trastorno de la fluidez del lenguaje más común. Hay diversos trastornos de fluencia del habla: Podemos encontrar la taquilalia, la taquifemia, la pseudo-tartamudez, la tartamudez por lesión y la tartamudez de desarrollo.
Las disfluencias son la ruptura de la fluidez, es algo habitual en el habla del 80% de los niños en edad de adquisición del lenguaje.
Esto contribuye para confirmar el término de disfluencia común o vacilaciones, y que difiere en varios aspectos cuando son comparadas con aquellos considerados tartamudeos. Las disfluencias duran cerca de 10 semanas y no más.
Las disfluencias ocurren principalmente debido a las dudas en el planteamiento lingüístico de palabras poco conocidas y de frases más complejas en el transcurso de los años del desarrollo del lenguaje. Ocurre en el período de la adquisición y desarrollo del lenguaje y que por algún motivo; se usa para buscar palabras, como recurso para poder organizar o para evocar el pensamiento.
Al hablar de tartamudez, no hablamos de un elemento aislado, sino más bien de una serie de factores; por lo que nos referimos a un trastorno multifactorial. Este trastorno no es sólo fluidez, que es lo se puede observar a simple vista, sino un cumulo de factores que se unen.
Aunque a priori no lo parezca, este es uno de los trastornos más comunes y que mayores problemas generan en los niños.
Consiste principalmente en la ruptura del habla sin ser planificada es decir de manera involuntaria por el hablante y sucederá cuando el niño sabe perfectamente lo que quiere decir. Estas rupturas en el flujo pueden ser de tres tipos: bloqueos, repeticiones y prolongaciones. Esta dificultad suele afectar a los niños entre 2 y 6 años.
Hay mitos que consideran que un niño que sea “tartamudo” no tenga la misma inteligencia que el resto de sus compañeros de clase, de cualquier manera, se suele asociar la tartamudez a una baja capacidad de aprendizaje o pobreza intelectual. Podemos encontrar preguntas y dudas de padres según la publicación de la fundación española de la tartamudez que son mitos:
- ¿Es debida a la ansiedad? NO, la ansiedad puede ser una consecuencia, nunca una causa.
- “Cálmate, respira antes de hablar” No, esos comentarios hacen que la situación sea más tensa, agravando todavía más el bloqueo. (la presión aumenta cuando se fijan en como decimos las cosas, y no a lo que decimos).
- ¿Es una enfermedad? No, es una alteración del lenguaje caracterizada por bloqueos, prolongaciones o repeticiones de sonidos, sílabas o palabras.
- Tartamudez infantil, ¿esperar su remisión? No, el mejor momento para la intervención siempre será cuanto antes. De ese modo evitaremos la aparición de “conductas secundarias” (muletillas, tensión evitación, circunloquios)
- ¿Los niños tartamudean para llamar la atención? No, la tartamudez no es un comportamiento voluntario es decir no comienza porque el niño quiera llamar la atención de los padres.
- ¿es debida a padres exigentes? No, pero el desconocimiento por parte de los padres puede agravarlo. Los padres deben saber y conocer qué es lo que le pasa a su hijo y como interactuar con él.
- ¿se “incorpora” por imitación? No, actualmente no hay ninguna evidencia que revele que la tartamudez se aprende es decir que no puede ser incorporada.
- ¿se produce por un trauma? No, Actualmente podemos afirmar que la tartamudez tiene una base neurológica y no podemos seguir atribuyendo causas de tipo emocional a este trastorno del habla.
Cualquier tipo de prejuicio de este tipo hay que desecharlo. Existen prejuicios en la cultura popular acerca de la tartamudez que es necesario disipar para evitar la discriminación o el rechazo a esta condición.
Según las estadísticas, se puede decir que cerca de un 1 % de los adultos y el 5 % de los niños es tartamudo, cerca de 72 millones de personas tartamudean en el Mundo y en torno a 467 mil personas en España. Como se ha indicado anteriormente, esto no tiene nada que ver con las capacidades físicas o intelectuales de un niño o adulto. Este trastorno del habla no impide de ninguna manera que se lleve una vida totalmente normal como la de cualquier otra persona. El obstáculo principal tiene que ver con la sociedad, que es una condición que puede resultar vergonzosa para muchas personas en su día a día.
Actualmente, esto no es un problema, ya que es totalmente tratable y que, con ayuda de un logopeda especializado en este campo, se puede sacar adelante.
¿Cómo se cura la tartamudez?
NO TIENE CURA porque no es una enfermedad que necesite un tratamiento farmacológico para desaparecer. La tartamudez se trata y se interviene en ella, realizando una serie de actividades se llega a controlar y puede llegar a ser imperceptible, pero el que la tiene, la tiene de por vida. Actualmente se controla y se tiene una vida completamente normal y sin etiquetas.
Como se ha mencionado este trastorno se manifiesta en las primeras etapas de la infancia. Por lo general a medida que el niño crece, el tartamudeo va atenuándose o desapareciendo progresivamente. De cualquier manera, todo caso resulta totalmente diferente al resto y no puede generalizarse.
Si estás interesado en contactar con un logopeda especializado en tartamudez en Málaga, puedes contactar con nosotros, el Centro Terapéutico Pepa Claro. Ubicado concretamente en la Estación de Cártama, a solo 15 minutos de Málaga. En nuestro centro prestamos servicio de Logopedia tanto para adultos como para niños. Nuestras compañeras logopedas especializada el atención a pacientes tartamudos.
¿Cómo tartamudear menos?
Existen técnicas que permiten hacer que el tartamudeo sea menor. Aunque el tartamudeo se relacione con la dificultad para comunicarse y establecer vínculos sociales, es a través de estas mismas herramientas comunicacionales, que es posible intentar reestablecer lo mejor posible a un niño o adulto que presente este trastorno del habla. La buena noticia para los padres es que, en el 80% de los casos en los que los niños que presentan tartamudez, el tartamudeo termina remitiendo de manera espontánea.
Algunos de los factores que pueden tener alguna influencia en el tratamiento de la tartamudez tiene que ver con la relajación y la autoestima. Situaciones de gran estrés, miedo escénico o a hablar en público, pueden hacer que este problema dificulte verdaderamente cualquier intento de recuperación. Hay que estar ante todo comprometidos con el encargado de llevar a cabo la terapia y tener mucha paciencia para poder ver resultados a mediano plazo.
No es posible tratar la tartamudez de la noche a la mañana. Por esta razón se pide que la familia tenga una gran comprensión de la situación por la que pasa el niño, de lo contrario, la tartamudez puede verse agravada. Asumir este trastorno con seriedad y asesorándose de un experto siempre, es el primer paso que deben tomar los padres. Contrario a lo que se podría pensar, el tratamiento para tratar la tartamudez tiene que ver más con la terapia comportamental.
La psicoterapia enfocada de manera cognitiva-conductual, es la principal estrategia que se usa actualmente en este tipo de trastorno del habla infantil, principalmente, ya que es durante esta etapa de la vida en la que se presenta este problema y en la que tiene mayores probabilidades de poder ser resuelto.
¿Por qué tartamudea mi hijo?
Se ha intentado dar una respuesta lo más aproximada posible al origen de la tartamudez. El factor genético en principio, tiene una influencia que incluso bordea hasta el 50% -70% los estudios realizados con gemelos monocigóticos, ha demostrado que cuando un hermano tartamudea ocurre lo mismo con el otro. En el caso de los gemelos dicigóticos el valor cae sustancialmente a un valor aproximado de un 12%.
Según el autor Barry guitar, miembro de la Asociación Americana del habla, Lenguaje y Audición – ASHA, se identificaron los genes asociados a la tartamudez persistente, en estos genes se encontraron en los cromosomas: 1, 7, 9,12,13,15,16 y 18. En diversos estudios genéticos realizados, se identificaron mutaciones en el cromosoma 12, que han asociado a funciones metabólicas y al cerebro. Por tanto, la influencia de un cuadro de tartamudez tenga 2/3 de la carga genética y 1/3 de los factores ambientales. Actualmente, utilizamos este conocimiento para determinar el grado de riesgo del niño con respecto a una tartamudez crónica. Si existe historia de tartamudez persistente en la familia, estamos ante un niño con alto riesgo de tartamudez crónica. Al mismo tiempo este conocimiento nos permite explicar a los padres que la tartamudez no es el resultado de un mal desempeño de ellos. Esto alivia el sentimiento de culpa que muchos de ellos llevan en relación a la tartamudez de sus hijos. Sin embargo, hay que hacer remarcar que existen muchas cosas que se puede realizar para crear un entorno facilitador y así aumentar la probabilidad en una fase precoz, de salir del cuadro de tartamudez.
Es importante no burlarse ni reírse, no excluir de ninguna manera al niño que tartamudea ya que esto puede agravar de manera considerable el problema.
La conducta de los padres con su hijo es lo más importante para un niño difluente y es lógico y evidente que cuando lo oye atascarse intente ayudarle. Lo primero que unos padres suelen hacer es decirle que no debe de ponerse nervioso que debe de hablar más lento o que repita lo que ha dicho. Sin embargo, este tipo de apoyo provoca en su hijo el sentimiento que usted como padre tiene hacia su forma de hablar. Es decir, le está indicando que usted se siente mal al verlo con esas dificultades y que desea evitar por completo esa manera suya de expresarse.
Consejo para los padres de niños tartamudos:
- Debes aceptar la forma de hablar de su hijo.
- No se sienta culpable porque su hijo tartamudee.
- No Considere el tartamudear como algo negativo.
- Intente no mostrar el desagrado cuando lo vea atascado.
- No se impaciente y dele su tiempo.
- Importa más el contenido del mensaje del niño, que como lo diga.
Esto es muy significativo para que el niño pueda integrarse en su entorno sin sentirse excluido de ninguna manera. Tampoco presionar para que hable rápido o sin fallos, ya que esto puede tener un impacto negativo y hacer que la terapia se retrase, agravando el problema mucho más. La autoconfianza es algo esencial para poder sacar adelante a los pacientes.
En el entorno escolar suele verse el mayor problema ya que los chicos suelen hacer bullying o acoso a quienes padecen la tartamudez, lo que hace que el problema sea mucho más crítico, y provoque que el niño no quiera integrarse ni participar socialmente.
Se debe informar a los docentes para que puedan bajar la ansiedad de estos niños ya que algunos problemas no sólo relacionados en la producción de palabras o sonidos, sino que también con los interlocutores, con el número de audiencia, la reacción de aprobación o desaprobación de los demás, la presión de tiempo, el grado de responsabilidad comunicativa, aumento de la demanda; ya sea motora, lingüística, emocional y cognitiva exigida por el mensaje… Uno de los problemas más comunes a los cuales deben enfrentarse los docentes son, las burlas, risas y bromas, éstas son muy dolorosas para el niño que tartamudea ya que esto le paraliza, aumenta su tensión tanto a nivel facial como corporal, se llenan de resentimiento y tristeza y esto debe eliminarse por completo.
Según estudios de Marilyn Langevis del instituto de investigación y tratamiento de la tartamudez (ISTAR) de Canadá:
- El 81% de los niños con disfluencias fueron burlados en la escuela alguna vez.
- El 56% de aquellos niños, fue burlado una vez por semana o más, por su forma de hablar.
- Los padres no son siempre conscientes de la intimidación.
- La imitación del nombre propio tartamudeado y sus disfluencias eran los tipos de bromas más abundantes relatados por los niños.
Esto es un impacto psicológico en la infancia y puede perdurar hasta la adultez. Lo que provoca como consecuencia una baja autoestima, un bajo rendimiento escolar, el rechazo social, la depresión, la impotencia, la ansiedad y la soledad. Estas consecuencias provocan un círculo vicioso, a más impacto negativo más aumenta la tartamudez.
Por otra parte, existen otros factores de orden concreto que llevan a que la tartamudez se desarrolle en unos niños. Entre estos se pueden mencionar, por ejemplo, accidentes cerebrovasculares o cualquier tipo de lesión o trauma a nivel cerebral pueden llevar a que exista este trastorno. La tartamudez neurógena es el caso típico, el paciente sabe exactamente lo que quiere decir, pero le resulta imposible articularlo de manera correcta. Éste se suele presentar por lo general en individuos adultos que han sufrido algún tipo de accidente que afecta la zona del lenguaje en la corteza cerebral.
En algunos casos, es posible detectar antes de que sucedan los signos de la tartamudez en los niños. Aunque resulta totalmente natural que en niños de menos de seis años exista tartamudeo, éste se irá disipando en la medida en que se avanza en el proceso de aprender a comunicarse. Si persiste la tartamudez, hay que encender las alarmas.
Si un niño tartamudea durante más de seis meses, se da junto a otro trastorno del habla se acrecienta en la medida en que el niño crece. se nota tensión muscular o dificultar evidente al momento de articular las palabras, le impide comunicarse con el entorno escolar o social, genera sensación de ansiedad o de rechazo al momento de una situación en la que tenga que hablar, es necesario buscar ayuda lo más rápido posible.
No dude en ponerse en contacto con la fundación española de tartamudez, ellos le facilitaran profesionales capacitados como logopedas, psicólogos especializados dentro de su región.
Este problema también puede aparecer en la adultez, donde un paciente resulta mucho más complicado de rehabilitar. Existen algunos patrones que hacen que la dificultad sea más evidente. Algunos sonidos consonánticos como /p/, el sonido /k/, la /b/ o el sonido /s/, pueden hacer que exista un bloqueo al hablar o una prolongación.
Del mismo modo, puede haber tics verbales que se repiten en los intermedios entre las palabras, como jadeos, interjecciones, muletillas movimientos de alguna extremidad ya sean brazos o piernas dentro del propio discurso.
El diagnóstico de la tartamudez, aunque puede parecer obvio para muchas personas, no resulta tan evidente, sólo para aquel profesional experto que conozca como intervenir en la fluidez del habla.
El patólogo experto llevará a cabo la evaluación del trastorno para poder aplicar la terapia correcta de acuerdo al caso en cuestión. Además de la historia clínica en la que estarán consignadas las experiencias personales junto a los antecedentes de tipo genético o neurológico, que tienen mucho que ver en el desarrollo de la tartamudez. La destreza en el lenguaje y la velocidad al hablar, son algunos de los termómetros para poder tener un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Las capacidades individuales son necesarias para poder ver qué resulta correcto aplicar en tal caso. Dependiendo del entorno en que se mueva, las posibilidades de rehabilitación pueden ser esperanzadoras o no. En todo caso, resulta completamente diferente esto para el caso de un adulto o un niño. El contexto tiene mucho que ver. Si al recopilar los antecedentes de un niño se ve que el caso es más grave que el resto, tanto por los antecedentes genéticos, como por el nivel de estrés o de acoso que haya sufrido a lo largo de su proceso, se aplica una estrategia diferente a otros niveles.
Ejercicios para tartamudez
Como se ha visto, la tartamudez es algo que pueda ser tratado, con una probabilidad de éxito bastante esperanzadora. La tecnología actual a diferencia de lo que pasaba décadas atrás, permite que se puedan llevar a cabo terapias mucho más efectivas, con grandes probabilidades de que el trastorno sea controlado y, por tanto, remita poco a poco, hasta conseguir una comunicación más o menos fluida entre el paciente y su entorno inmediato. De cualquier manera, esto tiene que ver sobre todo con la experiencia y conocimiento del terapeuta especializado, así como el apoyo del entorno inmediato, es decir, familia y amigos.
El principal enfoque del tratamiento para la tartamudez tiene que ver con la destreza comportamental y el autocontrol. Se ha mencionado que la ansiedad y el estrés tienen mucho que ver como factores desencadenantes de este tipo de trastorno. Dominar la respiración es uno de las primeras etapas al igual que poder controlar la tensión o iniciar las frases de manera suave son unas de las claves para controlar la tartamudez. Otro ejercicio que podemos encontrar es la segmentación silábica, controlando la dicción de cada palabra que se dice, es esencial para empezar.
Progresivamente el paciente empezará a usar sílabas y luego a construir frases más largas hasta decir una oración completa, teniendo en cuenta su propio ritmo para hablar, controlando la respiración y la ansiedad.
El apoyo emocional es esencial para conseguir resultados buenos. El círculo íntimo, familiar y de amistades, deben apoyar al paciente para que pueda empezar a tenerse confianza y lograr conquistas pequeñas que al final serán significativas. Establecer una comunicación fluida constante con el paciente, es factor fundamental para que empiecen a verse resultados progresivos. Lentamente, el proceso lleva a que la fluidez en la articulación haga que la torpeza al habla sea menos evidente y se pueda comunicar mucho mejor. Las sesiones con el terapeuta deben ser continuas y mantenerse en el tiempo para que resulten efectivas.
Al momento de hablar con alguien que sufre de tartamudez, es conveniente dejar que hable a su ritmo, sin presionarlo ni acosarlo para que acabe, ni tampoco sugerirle palabras. Esto genera más ansiedad, ya que por el afán de expresarse puede acentuar los problemas para poder decir lo que quiere como lo quiere. Algo que puede resultar obvio, pero es muy útil al momento de hablar con alguien que tartamudea, tiene que ver con manifestarle el interés en la mejor manera de establecer esa comunicación.
Por ejemplo, decirle que como sabe que tiene problemas para comunicarse por su tartamudez, de qué manera quiere establecer la comunicación al momento en que se presente de manera más marcada el trastorno. Esto ayuda mucho, pues le permitimos al paciente que se exprese a su manera y sentirá que estamos prestando atención a su discurso.
El tema de la tartamudez puede ser un tabú para muchas personas, pero hoy por fortuna, encontramos una gran cantidad de recursos en Internet que permiten a las personas, tanto que padecen este trastorno como a su círculo cercano, poder brindarles ayuda.